viernes, 22 de julio de 2011

"El viaje a la isla…"

Este es otro texto mio que subo a este blog... el viaje a la isla o la explicación de como inicie escribiendo una novela en estos últimos meses...


El viaje a la isla…

En estos últimos meses he notado algo que no tiene sentido, sino que todo tiende a relacionarse, todo empezó hace unos meses, tengo en mente la idea de una novela, la empecé a escribir, en mi mente ya esta terminada, pero al momento de escribirla me cuesta trabajo encontrar las palabras, lo se, suena estúpido pero es cierto, en mi mente ya esta escrita pero al momento de plasmarla no consigo las palabras correctas, la idea de la novela que estoy escribiendo me esta gustando mucho…
Ahora aquí empieza todo, como surgió la idea de la novela, sencillo, al terminar el libro de Salvador Elizondo “Farabeuf” ahí me di cuenta el tipo de literatura que quiero realizar, ese juego de palabras, ese estilo que te atrapa por lo extraño e increíble que es, Salvador Elizondo me hizo zarpar en ese barco que siempre supe que existía pero no lo había visto hasta hace poco, Farabeuf me dio el pase de abordaje, la hora de salida y me llevo hasta donde se encontraba el barco que zarparía por lejanas y extrañas aguas de un océano…
A medida que escribía la novela, o bien mientras observaba en la cubierta del barco las aguas profundas del océano, extrañas personas hablaban de películas que me gustaban, una mujer le decía a un hombre que le encantaba la película Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, el le decía a ella que le gustaba Inception, yo ahí en la cubierta de este barco escuchaba esa conversación mientras trataba de conseguir las palabras correctas del capitulo que estaba escribiendo de la novela, esas dos películas tienen un tema en particular con la novela que escribo, esas dos películas son parte importante para mi novela, importantes por que creo que en ellas no tocan el tema que propongo en mi novela, las dos películas que mencionaron esas extrañas personas son de mis favoritas, pero les falta algo que intento poner en mi novela, pero es difícil conseguir una vez mas las palabras, pero en la cubierta del barco al fin consigo terminar un capitulo mas del libro…
Fue entonces cuando se fueron esas extrañas personas, que pensé, mire a todos lados, me pregunte, algo que nunca pensé cuando me subí a este barco, ¿hacia donde nos dirigimos? Es increíble que nunca me importo este misterio simplemente me aborde el barco, pero tiene un destino ¿cierto? O simplemente navegara por el océano… pero a lo lejos veo una isla, o mejor dicho La isla, ese lugar, ese destino, llego a mi lado, al terminar de leer la novela de Adolfo Bioy Casares “La invención de Morel” cuando supe el destino hacia donde nos dirigíamos, fue Bioy el que fortaleció este viaje, el que hizo que no me preocupara por el destino, alla estaba a lo lejos la isla, su isla, el destino al cual llegaría este barco, Bioy Casares su narrativa, su perfecto ritmo, su entendimiento con la literatura, creo que este barco lleva por nombre ese, por que no puede haber un barco sin nombre por que es de mala suerte y este lleva por nombre “La literatura”, entonces en este barco Bioy y su estilo lograron reafirmar mas el sentido de mi novela que quiero escribir, si existe ya lo demostraron Farabeuf y La invención de morel…

Entonces sabiendo el destino de este viaje, Esa isla, me propuse a recorrer este barco, La literatura, mientras recorría los pasillos del primer nivel, alfombrados con una tela roja y rombos dorados, con innumerables puertas cerradas, pasillos largos, note los cuadros colgados en las innumerables paredes de los pasillos y todos referentes al mito de el minotauro, cuadros de ariadne , del minotauro, de Teseo, del hilo, de los pasillos, del laberinto, del encuentro, de la muerte del minotauro, seguía recorriendo los pasillo y se escuchaba una música, camina por los pasillos escuchando atentamente la música, desconocía quien la interpretaba, de donde provenía observo la bocina casi llegando donde el pasillo dobla ala izquierda, una bocina arriba en el techo abajo una mesa con un florero y un espejo recargado en la pared, la música continua, me acerco a la bifurcación del pasillo y en eso aparece un trabajador del barco, lleva prisa, lo detengo por un momento y le pregunto qué de quién es esa música, quien es el autor, como se llama la melodía, por unos segundos se detiene me observa y me dice que la pieza se llama Structure of the wind de Raul Tudon, Tambuco y se aleja…

Continuo caminado por los pasillo, escuchando la música que lentamente se va apagando, sigo caminando y en eso veo una puerta entre abierta y de ella escapa una luz que parpadea, me acerco ala puerta trato de ver, no consigo, entonces tomo valor y abro la puerta y me llevo la sorpresa de ver que es un cuarto de cine y esta vacio, y están apunto de proyectar una película, en la habitación no hay nadie, así que me siento en una butaca a mirar la película, inician los créditos, Director: Ingmar Bergman Película: Persona, observo la película y quedo fascinado, otro punto de partida para la novela, mientras caminaba por los pasillo me preguntaba como escribir otros capítulos que palabras utilizar que sean las correctas y ahora aquí en esta pequeña sala de cine, gracias a Bergman, y su película me demostró otro punto a favor, pero aun continuaba la función se presentaba otra película del mismo autor ahora era turno de La hora del lobo, con esta película quedo impresionado, esto era lo que buscaba, Bergman logro que este viaje fuera aun más placentero y productivo, gracias a el han embonado ideas que corrían en mi cabeza, le han dado un sentido que era importante que explicaba un poco mejor la trama de la novela que estaba escribiendo…

Al terminar las películas salí de esta habitación me dirigí a la mía, recordé por cuales pasillos debía regresar, al llegar me acosté en mi cama recordando un poco como Elizondo me llevo a el barco y zarpar, como Bioy Casares dio un destino al cual llegar Bergman el entretenimiento durante este viaje, pero aun no se acababa faltaba por llegar a aquella isla, durante el tiempo que dure en mi cuarto recordé que llevaba mis dos libros favoritos en mi pequeña maleta: Don quijote y Rayuela, volví a leerlos, volví a reafirmar por que eran mis dos libros favoritos, volví a saber por que decidí ser escritor, por estos dos libros simplemente por estos dos libros…

Aun no termina el viaje, aun no llegamos al destino, esa isla, aun no termino de escribir la novela, pero no hay prisa sigo disfrutando este viaje, y esperando lo que sigue que me pueda ayudar con la novela que estoy escribiendo…

[CONTINUARA...]
Isaac Contreras

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